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El teólogo, sacerdote y miembro de Frater, José María Marín, reflexiona, desde la experiencia vivida, acerca de la fragilidad humana y la esperanza. Un afrontamiento lúcido y valiente del tema del sufrimiento y el dolor, como acompañantes de la humanidad en todas sus versiones y expresiones.

La fragilidad es algo consustancial al ser humano. Tiene aspectos de sombra y aspectos de luz. Es una gran sabiduría aprender a convivir con el sufrimiento y la fragilidad, aceptarlos sin negarlos. E intentar superarlos, pero no caer en la desesperación si son insuperables.

La experiencia de afrontar la fragilidad y convertirla en vida la tienen muchas personas, cuyos nombres conocemos, cuya trayectoria vital hemos acompañado. La Fraternidad atesora una experiencia y una prolongada reflexión sobre el sentido pascual del sufrimiento humano (como el grano de trigo que muere para dar vida), que puede aportar a otros colectivos de la sociedad y de la Iglesia.