¡Cómo pasa el tiempo! En este mes de junio terminamos otro curso en nuestras Fraternidades. Posiblemente lo revisaremos. Lamentaremos no habernos comprometido más, sentiremos las cosas que han fallado, nos alegraremos por lo que hemos avanzado… De todo esto hay en nuestro vivir fraterno de cada día. A veces nos preguntamos por qué hacemos las cosas, con qué motivos, qué pretendemos. Pero deberíamos preguntarnos también por quién hacemos lo que hacemos ¿Para quién actuamos? Sería bueno preguntárnoslo y podría servirnos en la revisión de final de curso y ayudarnos para el futuro.
Llegan las vacaciones. Y con ellas, en algunas Fraternidades, las colonias de verano como espacio de convivencia y disfrute en común. Todos necesitamos un tiempo de descanso y de reflexión. Las vacaciones nos ofrecen esta posibilidad. Nos convendría entrar en nosotros mismos y descubrir nuestras carencias y posibilidades, sin dejar llevarnos por lamentos estériles. Todos podemos más de lo que pensamos. Todos tenemos dentro fuerza (en la debilidad más absoluta). Y capacidades escritas en nuestra entraña. Tenemos talentos que han de dar mucho fruto. Lo importante es no olvidar los motivos, no perder los sueños, no abandonar las metas, y saber hacia dónde caminamos. Dios, y su evangelio, nos ponen un buen paisaje ante los ojos. Las vacaciones son tiempo propicio para todo esto.
En Frater no cesa la actividad en tiempo vacacional. Con la llegada del verano, estamos más tiempo en la calle, podemos contactar con más personas, intensificar los encuentros. Nos lo recordaba el Padre François como uno de nuestros compromisos y la esencia de Frater: CONTACTOS PERSONALES, CONTACTOS PERSONALES, CONTACTOS PERSONALES…
Para llevarlos a cabo, debemos tener en cuenta otra frase del P. François: “Cuando hay que dar diez pasos para acercarse a alguien, dar nueve no es más que recorrer la mitad del camino”. En nuestras reflexiones constatamos, que en nuestra sociedad nos hemos hecho más individualistas, que tenemos el peligro de encerrarnos en nosotros mismos y vivir en nuestro mundo y que, en consecuencia, es más difícil acercarse a otra persona. A pesar de eso, los que formamos parte de la gran familia que es la FRATER, debemos dar los diez pasos. Debemos acercarnos a la otra persona con sencillez, como lo que somos, sin esperar nada. Llegará el momento en que quizá sienta la llamada de pertenecer a Frater. No olvidemos que nosotros solo somos emisarios, es Dios quien toca el corazón de las personas, pero es muy importante nuestro testimonio, el Señor nos necesita para ser sus manos, sus pies, sus labios… no le defraudemos.
Los fraternos y fraternas no podemos poner en nuestro corazón el letrero Cerrado por Vacaciones
Debemos estar siempre atentos a las necesidades de los demás y no quiere decir que no descansemos. Cambiar de ritmo es imprescindible para renovar fuerzas y se puede hacer todo sin que disminuya nuestro descanso. Buenas vacaciones y no olvidemos sembrar; hagamos Fraternidad.
El Equipo General