Orar no cambia a Dios, nos cambia a nosotros
Escribo estas reflexiones, si se me permite, como alternativa a “otras” que proliferan estos días por las redes sociales y huelen poco a Evangelio y nada tienen que ver con una fe encarnada y una Iglesia en salida. ¿Sirve de algo rezar contra el coronavirus? ¿Sirven de algo tantas misas y rosarios? ¿Qué idea presentan de los creyentes (y los sacerdotes) como un “ejército escondido” mientras otros corren el riesgo de contagiarse y arriesgan sus vidas tratando de curar y salvar a los enfermos? ¡Que nadie se escandalice, son únicamente algunos interrogantes!
"Hace muchos años que abandonamos la idea de ser personas “asistidas” o “dependientes” para ejercer como protagonistas activas, generadoras de progreso y valores en nuestra sociedad, cada cual según sus capacidades"
Leer el artículo de José María Marín
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