Mensaje del Equipo Núcleo para el Día Internacional de las Personas con Discapacidad
Un día mas…
Un día más para decir y compartir con todo ser humano que somos personas humanas como los demás. Así de sencillo y así de auténtico.
Una de las personas, Antonio Gutiérrez, responsable de la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR), decía en días pasados que, actualmente, son sesenta millones de personas refugiados, solicitantes de asilo o desplazados dentro de sus países debido a conflictos armados y persecución. Es un dato que nos acerca a una realidad humana mucho más amplia. Casi siempre la realidad está por encima de las estadísticas numéricas y frías. La realidad verdadera es que se trata una comunidad de personas humanas. Ellas, en sus entrañas, sienten con fuerza el derecho y el deber de vivir en dignidad. Esto nos acerca y también nos revela la fuerza y novedad, nunca carente de sentido, del levántate y anda, toma tu historia, y camina hacia la vida. Nos lanza a las periferias de la existencia. Qué bueno sentir así. Indica que estamos vivos. Que nadie nos robe ese derecho. Que nadie nos obstaculice el poder vivir esa responsabilidad. Es tiempo de vida, de justicia y tiempo de paz.
Somos toda una comunidad humana. Vivimos en una casa común por encima de las fronteras, idiomas, creencias religiosas, sistemas de organización política. Nuestros estilos de vida han generado incontables situaciones invivibles. Cuando miramos a nuestro alrededor lo podemos constatar. Cuando se encuentra con quien poder confiar, es compartido. La realidad es que hay demasiado sufrimiento acumulado y en medio de todo ello, la esperanza no ha muerto. Es tiempo compasión y tiempo de acogida.
Quizás hoy más que nunca nuestra realidad humana nos acerca y nos pone en sintonía con esa causa común que es el derecho a una vida en y con dignidad. Tambien la realidad humana más que nunca hoy puede sentir empatía con nuestro deseo nunca roto de vida digna no solo para nosotros sino para todo ser humano. Esta comunión de futuro y de responsabilidades en favor de la vida nos hermana y a todos nos humaniza. Es tiempo de compasión y de solidaridad.
Es tiempo de valorar y vivir cada encuentro. Que sea un contacto personal. Una educación de nuestra sensibilidad. Un aprender a escuchar más allá de las palabras. Una manera nueva de mirar. Un hacer sentir toda la riqueza que llevamos dentro. Un encuentro que transforme nuestras existencias, que redescubra el sentido de la vida y la importancia del cuidado de la misma aun en situaciones difíciles. Un encuentro que despierte gestos, acciones que posibiliten la vida. Es tiempo de hospitalidad, de escucha y de fraternidad.
Es tiempo de redescubrir el valor de lo cotidiano, dejando de lado el quedar bien y poner nuestra vida en la ruta del hacer el bien. Es tiempo de escucha para experimentar la fuerza de lo nuevo que ahí está naciendo en nosotros. Es tiempo de cuidar el día a día en el que vamos haciendo nuestra vida. Nada es inútil y todo puede ser empleado en favor de la vida que todos deseamos y que a veces quizás solo hemos querido para nosotros. Es tiempo tambien para la libertad, la liberación que nace al descubrirnos todos carne de la misma carne, humanos. Es tiempo de cuidar lo débil y frágil.
Es tiempo de volver a valorar más que nunca esta casa de todos para hacerla vivible, habitable, transitable y que en ella, el ser humano, toda persona humana pueda vivir feliz porque escucha y es escuchado, porque ama y es amado, porque ayuda y es ayudado, porque confía y se le confía, porque trata a los demás como gente y es tratado con tal. Es tiempo del cuidar al ser humano y la casa común confiada a nuestra responsabilidad.
Un día más para decir a los demás que, como todos, somos personas humanas. Y que con los demás queremos hacer el camino, cuidando la vida, curando todo aquello que es posible para aliviar tanto sufrimiento y contagiar a nuestro alrededor pasión por la vida. Porque nos sentimos amigos de la vida, la queremos cuidar, curar y sanar. Tiene sentido la vida. Somos muchos quienes la vamos haciendo en medio de las complejas situaciones de la existencia. Soñamos lo imposible haciendo día a día realidad nuestras posibilidades. Todos precisamos ponernos en pie, asumir nuestra dignidad y caminar juntos en solidaridad fraterna, en la construcción de una casa y comunidad vivibles y felices.
Equipo Intercontinental
Panamá, 3 de diciembre 2015